Hay paisajes que solo se comprenden desde el mar. Navegar hacia el norte de Lanzarote es adentrarse en un espacio suspendido entre las olas y el viento: el Archipiélago Chinijo, un conjunto de islotes al norte de Lanzarote donde la geología, la historia y la vida se unen como el río al mar.
Geoparquenavegando por los Islotes propone una ruta interpretada por mar para comprender la formación, la estructura y la belleza de este territorio volcánico. Durante la travesía, las costas de La Graciosa, Montaña Clara y Roque del Este se dibujan en el horizonte hasta llegar a Alegranza, la más septentrional y salvaje de las islas, integrada en el Parque Natural.
Desde la embarcación, la mirada se detiene en los acantilados y domos volcánicos que cuentan la historia del fuego y del mar. Las formaciones basálticas de Alegranza, sus conos erosionados, y las coladas que golpearon al Atlántico son testigos de un proceso que comenzó hace cientos de miles de años, cuando el magma se abría paso bajo las aguas del océano.
Durante la ruta, seinterpretarán las huellas del pasado geológico y explicará cómo el aislamiento de estos islotes ha favorecido la conservación de su biodiversidad. Alegranza, además, guarda las huellas de las personas que allí vivieron bajo la luz parpadeante del faro de Punta Delgada.
Nuestro barco seguirá el rumbo de la contemplación, la sabiduría, el tiempo y la memoria, tocando puerto en la comprensión del frágil equilibrio entre la naturaleza y el ser humano. Una experiencia de baja dificultad para navegantes que deseen impregnarse del salitre que llena de sabor los vientos del Archipiélago Chinijo.
